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Ciclismo con Luis Aviles

Un Tour sin Contador es otra película

Un Tour sin Contador es otra película

Cadel Evans se queda sin un rival sólido en una prueba que buscará un nuevo dueño
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LuisAviles.- Benito Urraburu.- El palmarés del Tour de Francia lleva unos años convulso, inquieto, sin nadie queparezca ejercer un gran dominio y más desde que Contador ha desaparecido de lacarrera en 2008.
Después del dominio aplastante de Lance Armstrong a comienzos de esta década,hasta 2005, el único corredor que parecía destinado a entrar en 'el club de los cinco'-los corredores que han conseguido cinco triunfos en la prueba, Jacques Anquetil,Eddy Merckx, Bernard Hinault y Miguel Indurain- era Alberto Contador.
Al menos eso es lo que se ha visto en la carretera, que es donde estas cosas sedeciden. A Contador le quedará tiempo para poder conseguirlo, pero ya no seráigual, porque, ahora sí, va a tener que contar con el factor suerte, empezandoporque estamos hablando de julio de 2013, un período de tiempo muy largo.
Sólo Cadel Evans, al menos el Evans que vimos el año pasado, podría lograr dostriunfos e igualar a Contador, al que le han limado el palmarés en los despachos.También podríamos citar al luxemburgués Andy Schleck, aunque en su caso el Tourno lo ganó en la carretera, sino por la descalificación de su máximo rival.
Una lista muy reducida
Lo que más llama la atención es que a la hora de citar favoritos para vencer en lapróxima edición, la nómina de nombres es tan clásica que cualquier ciclista que seasome a los primeros lugares generará numerosas expectativas. Porque aspirantes,lo que se dice aspirantes de verdad, acaba siendo una lista muy reducida.
Sin Contador, la carrera, marcada por los 96 kilómetros contra el crono que tiene,volverá a centrarse entre dos nombres, Cadel Evans y Andy Schleck, y dos equipos,BMC y RadioShack. Poco bagaje para un prueba que siempre ha estadoacostumbrada a tener un dominador claro, un líder, un patrón, como les gusta decira los franceses, que ahora no tienen.
El patrón tendrá que surgir, porque fabricado no pueden. Evans, al quedeportivamente no se le puede quitar nada, no es que despierte muchas pasiones,algo que sí hace Andy Schleck, que tiene mucho más tirón popular, más seguidores,y es peor ciclista, todo hay que decirlo. El eterno segundo ha conseguido serprimero en el Tour de 2010.
Estamos hablando a seis meses vista, que es mucho tiempo, pero junto a los doshombres citados hay que volver a hablar de ciclistas ya clásicos, todos metidos enla treintena, que conocen el podio de la prueba o han merodeado por susalrededores.
Nos volvemos a situar en Levi Leipheimer, Andreas Klöden, Denis Menchov,Alejandro Valverde, Samuel Sánchez, el inglés Bradley Wiggins, Vincenzo Nibali, -Iván Basso no acudirá, pero tampoco parece que pueda destacar a estas alturas desu carrera en un Tour-, Andreas Klöden, por no citar a jóvenes como BaukeMollema, Robert Gesink, Tony Martín, Peter Velits y los que se quieran añadir.
Veda abierta
Pero un líder sólido no hay, salvo que Cadel Evans demuestre que es capaz deimponerse en dos Tours de Francia seguidos. El único que llevaba ese camino,Contador, no estará.
Quedan, eso sí, un amplio grupo de ciclistas que intentarán aprovechar una de esascontadas ocasiones en las que el Tour de Francia se presenta tan abierto, sin nadieque lo pueda controlar, con un grupo de corredores que presentan una ciertaigualdad.
Que nadie piense que al Tour le da pena la ausencia de Contador. Nada más lejosde la realidad. El Tour lo que quiere, por encima de todo, es que quien llegue deamarillo a París tenga credibilidad y no sea puesto en cuestión por nadie. La carreraestá por encima de sus participantes.
Así ha sido siempre y así seguirá siendo. Por no alejarnos mucho en el tiempo,después de Jacques Anquetil tuvieron su oportunidad Felice Gimondi, Lucien Aimar,Roger Pingeon y Jan Janssen. Luis Ocaña se encontró con Eddy Merckx y elinfortunio. Lucien Van Impe y Bernard Thévenet no dejaron oportunidad de cumplircon su ocasión antes de que llegase Bernard Hinault.
A Greg Lemond le pudo el infortunio y Perico Delgado consiguió ganar al Tour antesde aparecer Miguel Indurain. Rijs, Pantani y Ullrich lo ganaron. Luego llegaría LanceArmstrong y más tarde, Alberto Contador, al que le han dejado sin un Tour -también es verdad que se encontró el de Michael Rasmussen-, en un época deturbulencias que vuelve a dejar abiertas todas las posibilidades.
Cadel Evans no impone el mismo respeto que Contador en la carretera y mientrasvuelve a Francia, en casi dos años pueden pasar muchas cosas, la veda se haabierto y eso será bueno para ASO, los organizadores, que podrían encontrarsehasta un francés en el podio si el equipo Europcar de Jean René Bernardeaumantiene el mismo nivel de hace un año, con un hombre como Pierre Rolland.
La llegada de un australiano ha sido buena para los organizadores, al igual que elencumbramiento de Andy Schleck, más que nada porque los dominios muy largosterminan por cansar, desde un punto de vista publicitario y de marketing, desde elpunto de vista del organizador. Los corredores y los equipos no se cansan nunca deganar. Es más, siempre parece poco, aunque se desborde la lista de triunfos.
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