Remenbransas de Lance Armstronsg Por Luis Aviles
Pese a la destreza del estadounidense sobre dos ruedas, ha sido su capacidad para superar las adversidades y su increíble fortaleza las cualidades que le han hecho merecedor de la admiración del mundo. En 1996, luego de obtener el campeonato mundial y con una prometedora carrera, le fue diagnosticado un cáncer testicular con metástasis pulmonar y cerebral. Contra todos los pronósticos, Lance no sólo superó la enfermedad y se repuso a los efectos colaterales de los tratamientos aplicados, sino que volvió a las pistas para comenzar su cadena de éxitos en el Tour de Francia.
En ese tiempo también se casó, tuvo tres hijos, se enfrentó a un divorcio y rehizo su vida junto a la cantante Sheryl Crow. Nada mal para alguien a quien los médicos le daban un pronóstico de vida de 40 por ciento.
Sin duda, Armstrong marcó un hito en la historia deportiva mundial. De hecho, se convirtió en un referente dentro del entorno ciclístico debido a su exigente entrenamiento, su dieta especial y los equipos tecnológicos que ha utilizado en sus últimas competencias. Estas herramientas se han convertido en objeto del deseo de sus más destacados rivales, y no es para menos, ya que es difícil contar con elementos tan exclusivos como una bicicleta extraliviana elaborada en fibra de carbono y boro, zapatillas con suela de fibra de carbono que disponen de una curvatura mayor para favorecer el contacto con los pedales, un manubrio y unos lentes de sol que ni siquiera han salido al mercado y, finalmente, ropa sin costuras, de un material similar a la superficie de una pelota de golf, que le proporciona un mayor efecto aerodinámico durante el pedaleo.
Luego de esta cadena de triunfos y de un merecido premio Príncipe de Asturias otorgado en 2002, Armstrong se retiró del ciclismo; sin embargo, su carrera se ha visto nublada por recientes acusaciones en las que el consumo de estupefacientes es protagonista. Al respecto, quien inspiró las populares banditas amarillas sólo atinó a decir que los franceses —autores de las denuncias— nunca han podido aceptar que un estadounidense los supere en sus propios predios.
0 comentarios