Miguel Indurain «El ciclismo volverá a ir para arriba»
Confía en los modos de hacer de las nuevas generaciones y en el trabajo colectivo. Es un embajador de su deporte, sin cargo ni oficio
LuisAviles.-Poe Andres Aragon.- Por mucho que coloquen su nombre al lado de los grandes, para Miguel Indurain el ciclismo es algo natural. Aunque ganara cinco Tours de Francia, dos Giros de Italia y un Mundial conttrarreloj, se mantiene alejado de los entresijos. Confiesa que lo único que le gusta del ciclismo es dar pedaladas. Eso es lo que hará en la marcha benéfica que unirá Londres y París promovida por la Fundación Laureus.
—¿Que relación le queda con el ciclismo?
—Ahora ya estoy alejado del ciclismo. Voy a algún evento, pero no estoy en la organización, ni en federaciones ni en nada. Sigo haciendo bici porque es lo que me gusta y sigo participando en alguna marcha. A mí del ciclismo lo que me gusta es andar en bici. La otra parte, la de creación de equipo, formación de jóvenes, es algo que quizá le gusta a otra gente, pero a mí no mucho.
—¿Cómo lo sigue ahora?
—Seguir el ciclismo en directo es difícil. Se viaja mucho, se está mucho tiempo lejos de casa. Me acerco a alguna etapa, pero lo sigo sobre todo por los medios.
—Como espectador, ¿qué le pareció la Vuelta a España?
—A la gente le gusta el espectáculo, y si ofreces un buen espectáculo, la gente lo va a seguir siempre. Es lo que ha pasado en la última Vuelta a España. Ha habido mucho espectáculo y los espectadores han disfrutado con ello.
—Este año se ha vuelto al País Vasco y el año que viene a Navarra, su tierra. ¿Cómo valora esas novedades?
—De momento este año ha vuelto al País Vasco y la gente ha disfrutado muchísimo. Es una zona en la que hay muchísima afición al ciclismo, se suelen desplazar mucho al Tour, a la Vuelta... y si encima pasa por la puerta de tu casa, se disfruta.
—Hay quien piensa que los pinganillos acaban con la artesanía en el ciclismo, que cada vez se especula más. Siendo usted protagonista de aquel ataque junto a Claudio Chiapucci que ha pasado a la historia, ¿qué opina?
—El ciclismo cambia. Cambia la forma de hacer deporte, y de competir. En una carrera se ataca cuando se puede. Subiendo, bajando, en abanicos, donde se vea opción a construir diferencias. No hay nada escrito. Cada vez todo está más igualado y es más difícil sacar tiempo. Cada corredor se busca la vida para encontrar el momento bueno.
—¿Nota que cada caso de dopaje genera cierta reticencia a crear ídolos en el ciclismo?
—Hablar es fácil, pero creo que todo el colectivo está trabajando bastante bien. Hay chavales haciendo las cosas bien y poco a poco este deporte irá hacia arriba.
—Bjarne Riis reconoció que se dopó en 1996, año en que logró derrotarle. ¿Qué se le pasó por la cabeza?
—No sólo me derrotó a mí. Yo hice el décimo. Hubo gente delante de mí. Habrá que preguntarle a él por qué lo hizo, pero yo luché con lo que pude. Cada caso será un mundo.
—Es usted de los pocos elegidos que ha conseguido el doblete de Giro de Italia y Tour de Francia. Este año hemos comprobado cómo le ha pasado factura a alguien como Alberto Contador. ¿Cree que sigue siendo posible?
—En mi época también me pasó factura. Son esfuerzos grandes y hay que organizarlo todo muy bien. Cada año es diferente. Los rivales, los puertos... Es posible, pero es muy difícil. Es un reto muy complicado. Hacerlo depende del corredor, pero también del patrocinador.
—¿Esperaba el éxito de Juanjo Cobo en la Vuelta a España?
—Parece que este año Cobo se ha centrado un poquito. Ya andaba muy bien, pero nos tenía más acostumbrados a ir y venir.
—¿Es Jonathan Castroviejo la avanzadilla de otro nuevo grupo de jóvenes?
—Van saliendo jóvenes que hacen las cosas bien. Ellos son el futuro de este ciclismo. Hay buenos chavales. Siempre es muy difícil luchar con los mejores a nivel mundial, pero hay buenos corredores. Quizá lo que nos falta son algunos patrocinadores. Hay muchos que tienen que emigrar para correr fuera, pero hay gente de buena calidad. Otra cosa es que puedan aprovechar la oportunidad.
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